Laboratorio de Reflexión

Juraría no haber estado aquí nunca.

domingo, diciembre 03, 2006

La trágica historia del Sargento Pimienta

Hola. Soy Richard Racoon, más conocido como Paperback Writer. La historia de esta noche trata sobre un sargento de Lagraña y su mujer, la adorable Rita. Hace dos semanas quedé con él para poder estudiar un día de su vida e hacerle una entrevista. Aquí está el diario de la visita:

.: Eran las doce de la mañana y hacía un frío que pelaba. Estaba a unos metros de su jardín. “Buenos días, buenos días” dije yo algo amedrentado. Parecía que no se había levantado de muy buen humor. “Solo serán un par de preguntas”. Llevaba el buzo de trabajo y tenía una pala. No me atreví a preguntar. “¿Usted es el sargento más aventajado de Lagraña es cierto eso?”. “¿Dicen eso de mí?” No lo vi muy contento con ser entrevistado, yo seguí con mi hazaña. “Qué está haciendo ahí dentro”, dije yo observando su extraño trabajo. “Arreglo un agujero”. No os creeríais lo costoso que puede llegar a ser arreglar un agujero como ese. Seguí haciéndole preguntas triviales y recurrentes, ciertamente el Sargento no parecía pasar por una buena etapa. “¿Cuántos años tiene ya?”. “La última vez que fui al médico tenía 52… ahora tendré… unos 63” respuesta sorpresa, todo cuanto decía era imprevisible. “¿Cuándo piensa jubilarse?”. “Cuando tenga 64”. Seguimos hablando durante unos minutos hasta que sucedió algo que de verdad que me contrajo el corazón. De la puerta salió su hija con una maleta y una intensa expresión de odio. El sargento derramó una lágrima, yo temeroso pregunté, “Que… ¿Qué está haciendo?”. “Está marchando de casa”. Sin decir adiós, ni marcho, ni nada. Algo me dijo que yo también debía abandonar mi entrevista. Me evadí con habilidad y tomé rumbo a la oficina. La entrevista me dejó un sabor amargo, pero descubrí que el sargento a pesar de ese tono siempre entristecido, transmitía un cierto aire de alegría y optimismo. Según yo caminaba hacia la furgoneta oí cómo él tarareaba esa alegre canción: “Obladi-oblada, la vida sigue… obladi-oblada”. ¡Qué bien! Pensé. A el también le gustan los Rolling. :.

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

...y al fin y al cabo la felicidad es un arma caliente...

9:41 p. m.  
Blogger Paperback said...

...chico... vas a tener que cargar con ese peso un largo tiempo...

3:33 p. m.  

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