Laboratorio de Reflexión

Juraría no haber estado aquí nunca.

jueves, diciembre 07, 2006

Los Tres Cuentos de Valentine

En uno de mis viajes al Triángulo de las Bermudas encontré un documento que jamás olvidaré, era un cuaderno de un niño de 8 años que se llamaba Valentine. El cuaderno estaba forrado en piel y en la portada había un conejo grabado. Lo abrí y leí lo que a partir de entonces sería el oficio de mi vida. Desde ese momento busco a Valentine por todos los remotos lugares de la Tierra, llevo 5 años intentando encontrarlo y por ahora no recibí ninguna noticia de él ni ninguna pista que me ayude, no recibí satisfacción alguna por llevar a cabo esta aventura. Aquí os dejo los tres cuentos de Valentine. Tened cuidado antes de que os atrapen.

El Robo del Diamante, el Asesinato del Presidente y el Pastel de Mora
Mi amigo salió por fin del charco y yo le dejé una toalla, me contó que había estado hablando con la tortuga y que ella no sabía nada del paradero de mi Pastel de Moras. Se hacía de noche, mas yo no dejaba de pensar en mi pastel, que yo mismo había preparado. Pasando por delante del Museo de Geología oí como se disparaban sus alarmas. Un hombre vestido completamente de negro pasó corriendo atropelladamente por encima de mí. Sostenía una bolsa de deportes de color negro que contenía una luz dentro de ella. Yo, considerándolo un transeúnte más, le pregunté si sabía dónde se encontraba mi Pastel de Moras. El se giró ante mí, se quitó el pasamontañas asustado y me miró con sus ojos azules, me entregó el pasamontañas y la bolsa y se escapó con mucha prisa. Había recibido un gran regalo, pues la bolsa contenía un hermoso diamante. Pero ni mi nuevo presente consiguió distraerme de mi búsqueda, el Pastel de Moras me esperaba, y había descubierto que toda la ciudad estaba desierta así que tomé un rumbo inesperado a la Plaza Mayor. A unos 100 metros de allí descubrí que había una gran reunión y había miles de personas y ambulancias y coches corriendo hacia allí. Una vez llegué, intenté captar la atención de alguien, pero todo el mundo observaba cómo unos médicos llevaban al señor de barba de la tele en camilla sobre un escenario. Mientras observaba la escena un hombre se galopante chocó contra mí, y yo no dude en preguntarle por mi Pastel de Moras. Me dijo que no sabía nada, pero a cambio me dio un arma, yo le dije que no la quería pero él aseguró que la iba a necesitar. Minutos después sucedieron muchas cosas seguidas, y recibí bastantes golpes, no entiendo por qué a ese policía le pareció tan mal que le preguntase por mi Pastel de Moras.

La Brevísima Historia del Sacacorchos
La noche anterior al día de Nochebuena vi cómo mi padre descorchaba la botella de vino y pegaba un trago largo. Al día siguiente en la cena mi padre descorchó de nuevo la botella arrojando casi todo el vino y perdiéndose el sacacorchos en la espuma. Años después encontré aquel sacacorchos en el cajón de los manteles. Aquel hijo de la gran puta había matado a mi padre.

El Espejo, los Calcetines y el Mapa del Tesoro Bajo la Cama
Recuerdo que mi madre guardaba los calcetines bajo el edredón de la cama para darme calorcito en invierno.
El espejo estaba junto al armario y en él me veía mientras me levantaba para ir a clase, por eso odiaba tanto el espejo.
Cuando mi madre me iba quería despertar yo me escondía bajo la cama. Allí fue donde encontré el mapa del tesoro, pero esa historia no interesa a nadie.

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