Duelo

Hoy me levanté con unos pelos indecentes y una tos devastadora. Sufría la necesidad de enfrentarme por fin tras unos días a mi mortal enemigo. Tras nutrirme y asearme como es debido, realicé ejercicios de entrenamiento, con la mente ya fija en mi futuro duelo. A continuación me puse la indumentaria adecuada y liberé a mi iguana de su jaula. Una vez frente a la pantalla, mi iguana y yo nos miramos, después observamos a nuestro enemigo. Allí estaba, la Hoja de Word, con su típica sonrisilla turbulenta. "Qué previsible". Pensé yo. Pero descubrí que al igual que yo estaba acompañado, él tomándose el reglamento por su mano decidió traer un compañero que yo conocía también muy bien: el Clip de Word. Reconocí sus saltones ojos y sus aires de triunfador, mas yo no tenía ningún miedo. La iguana y yo intercambiamos gestos de estrategia mientras el clip daba golpes en la pantalla. El duelo estaba a punto de empezar…