Fiebre Asiática

Hoy conversaba con el japonés de mi clase (se llama Anxo, irónico quizá) sobre el uso de su alfabeto. Es muy extraño, debe tener una capacidad intelectual diez veces más grandes de lo normal, para conocer y dominar ese idioma y aún encima dominar el castellano y dominar incluso a los que hablan castellano.
En clase nos pusieron una película inglesa llamada Oriente es Oriente. Que iba sobre unos pakistaníes que vivían en Manchester... ¡uy! Creo que eso va en otra entrada.
Por la tarde me dio por ponerme una película, la otra anteriormente citada me había dejado con mal sabor de boca y estaba deseando explorar otras culturas, hoy tenía uno de esos días que tienen los hombres cada 28 días. Ni Uno Menos. Esa era la película en cuestión. No daré mi opinión sobre ella. Estaría rememorando viejos tiempos y viejos blogs. La ví, y creo que con saberlo os conformáis.
Finalmente he descubierto que en algún lejano país de Asia, un hombre de edad desconocida, brinda a su gente con un blog igual que el mío. Y hoy creo que ha tenido uno de esos días, como yo. Ha estado hablando con el embajador español en su país, y por la tarde ha visto posiblemente La Lengua de las Mariposas. Ahora seguro que escribe una entrada sobre mí; no nos conocemos de nada pero sabemos que tenemos más en común que con cualquier otra persona. Él es mi media naranja, y yo su medio peladillo. Algún día viajaré a su país de origen y le diré Conichigua al más puro estilo castellano. Es posible que vaya con una camiseta de Alfredo Landa y un sombrero de torero. De lo que estoy completamente seguro es de que no me gustaría ser chino o japonés, y aprender todos esos signos, no señor.

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Caída

Lo reconozco. Y si mis andares resultan ridículos son por una buena causa. No, no estoy parodiando el sketch de los Monty Python, no, estoy siendo precavido. Lo reconozco. Tengo pánico a caer. A mí el daño me da igual. Yo lo que temo son las risas. Las risas de ese grupo de chicos con una bolsa de gusanitos, las risas de las tres chicas en minifalda, la de la señora que luego vendrá a ayudarme... Y es que hay que andar con cuidado, la calle es una verdadera carrera de obstáculos: mondas de plátano, aceras mojadas, hilos invisibles, zancadillas perdidas... De verdad que para mí caminar es un suplicio. Cómo sufro. Pero a pesar de ser precavido sé que vosotros estaréis ahí, en el momento preciso, para soltar esa carcajada, y yo en un charco, en plena carretera, con el semáforo en rojo. He perdido la fe en la humanidad, gracias.

Esto no es un poema haiku

Los versos que lees
no son más que los restos
de un poema

frustrado quizá
un soneto cobarde
como su autor

fin del comienzo
perder contra ti mismo
comienzo del fin

sólo lamento
haber olvidado mi
plato vacío

como sin querer
llené estas estrofas
de decepción

pido disculpas
por ser inoportuno
yo no quería

no pretendía
gritar antes de tiempo
ver sin permiso

odiar en vano
con un final amargo
e incompleto

10 cosas que quiero hacer en la vida

1. Experimentar la terrible sensación de ser un elfo de Papá Noel.

2. Que me graben mientras tomo el café en el trabajo.

3. Denunciar a Steven Spielberg.

4. Escribir El Señor de los Anillos, dos veces.

5. Pelearme con Noel Gallagher.

6. Ser pedante hasta límites insospechados.

7. Tener una conversación absurda con Scarlett Johansson en una cafetería de Corea del Norte.

8. Saltar desnudo al terreno de juego en plena competición de Billar.

9. Caer en el error de pensar que amo a Bruce Springsteen.

10. Poner en un blog las 11 cosas que quiero hacer en la vida.

Si con 14 años ya tengo esta mentalidad... pues no sé qué será de mí a los 34... o voy más allá aún... a los 40!!!! 2ª Parte

Escrito antes del 6 de Enero

He descubierto que no es la edad quien me priva de mis ilusiones navideñas, son mis familiares más cercanos. Te quieren convencer de que te haces mayor, de que estás perdiendo pelo y de que el bello de tu nariz ya no es posible de ocultar como antes. Al fin y al cabo algún día tendría que suceder, pero ha resultado tan repentino, tan lento, tan doloroso, tan inesperado, tan contradictorio que me he sentido cual musaraña cazada por un dócil quebrantahuesos. Y así me siento ahora, devorado, pero entero y con ganas. He creado ciertas ilusiones que podríamos expresar metafóricamente diciendo que mis heridas las he tapado con pegatinas y que eso es tan resistente como una postilla. He escrito una carta a los Reyes Magos, les he pedido ilusiones, esperanzas, oro, incienso y mirra.

PD: ¿Dónde están mis regalos?

No, no lo haré.

A continuación me explico. Juré no poner un cartel de CERRADO POR VACACIONES y no lo he hecho. Por lo tanto considero justo acabar con mi ausencia y poner el cartel de ABIERTO, POR JORNADA DE TRABAJO.